martes, 15 de enero de 2019

FORTUNATA Y JACINTA, BENITO PÉREZ GALDÓS


Ardían en deseos de verse en la simpar Sevilla. Otra vez al tren. Serían las nueve de la noche cuando se encontraron dentro de la romántica y alegre ciudad, en medio de aquel idioma ceceoso y de los donaires y chuscadas de la gente andaluza. Pasaron allí creo que ocho o diez días, encantados, sin aburrirse ni un solo momento, viendo los portentos de la arquitectura y de la Naturaleza, participando del buen humor que allí se respira con el aire y se recoge de las miradas de los transeúntes



Cum viatores prodigia naturae et operum constructorum ,quae ornabant urbem hispalensem, vidissent  et cum   verba elegantia et gratiae plena in quibus modulatio sonus inerat, audivissent ,non pati taedium sed fuisse beatissimi exposuerunt quia  aer ipse  leporem ingeniumque habebat 

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