Es cual si yo tuviera en mi mano, dentro del cuerpo de Sevilla,
cogido su corazón. Es como si todos los corazones de sus mujeres se
hubieran hecho un solo clavel, este clavel que yo tengo en mi mano, del
puesto verde de la calle de las Sierpes.
Este clavel es el mundo, que se ha hecho del tamaño de un clavel,
digo, de Sevilla, que está prendida, clavel único, madre de claveles,
sobre el pecho izquierdo de la naturaleza.
…La tarde va cayendo, y como una mantilla negra, el anochecer viene
sobre Sevilla; y la luna, roja igual que un clavel, asoma entre su nuca,
fresca con el río, y el cielo hondo de su pelo.
Mox, cum viderem dianthum
quem in caesarie lucebas,
adspiciens eum credidi videre
caeli portiunculam.
Johannes Raymundus et Callida Carmina se salutant dum Hispalensis vespera cadit