domingo, 15 de mayo de 2016

LAS MÁSCARAS DEL HÉROE, JUAN MANUEL DE PRADA

Habíamos cruzado el Guadalquivir por el puente de Triana; sus aguas se mantenían quietas, como si jamás hubiesen leído a Heráclito. En Triana cambiaba la fisonomía de la ciudad: uno podía encontrarse palacios barrocos convertidos en tabernas, burdeles adosados al ábside de una iglesia, como sacristías de un culto más antiguo, talleres del alfarero en los que el barro olía a pan recién cocido. En la calle Pureza, se alternaban las capillas consagradas al culto y los prostíbulos menos recatados

Sergiomumo

Omnem Trianam divisam esse in partes duas quae mores habuissent mutatae ,expositum est. Oculos intentos tenet flumen quod credere possit hoc iudicium immodicum.
De vitio et virtute paulum sapemus


Las máscaras del héroe, Biblioteca El Mundo

2 comentarios:

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  2. Hace solo unos meses, a un visitante chileno lo llevamos a tapear a Triana y quedó muy impresionado por el hecho de que iglesias y bares alternaban en la misma calle con igual éxito en público en su interior y que incluso los paseantes entraran a visitar las iglesias desde el bar de al lado cerveza en mano.

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