martes, 15 de octubre de 2024

CANIJO, FERNANDO MANSILLA (IV)

El templo del Jaguar. Calle San Luis, julio de 1982. La iglesia de la plaza de San Marcos es mudéjar. Sobre su torre, chata y cuadrada, construyen posteriormente una puntiaguda torre cristiana, donde repican y llaman a oficio las campanas. Los fieles se preparan para la misa, pero tú sigues camino por San Luis hasta que la calle se estrecha, se te acerca por derecha e izquierda y te roba brazos y costados con sus paredes encaladas, rejas y balcones por encima de tu cabeza y el Pumarejo al fondo. En el primer tercio de la calle, en la acera izquierda, el Metralleta (un siniestro semisótano donde se estuvo vendiendo grifa durante años con total impunidad) te lanza su aliento a la cara.

Si Sanctus Ludovicus  in hoc tempore videret suam viam ubi virtus non semper splendebat  , sceptrum regale et vitta caderent, fidelibus miratis  . Gaudio Turris et templum et  caelum limpidum   Sancto  essent