Sobre la existencia de estos puntos de venta tenían lógicamente conocimiento los beatniks sevillanos, que solían frecuentar los regentados por ‘Andrés el Loco’ en la plaza de San Marcos, ‘El Tineo’ en la plaza del Pumarejo y ‘Juan Perico’ en la calle Divina Pastora
Pipiatorio nondum condito, fama qua nihil celerius erat comitibus seditiosis ad nuntios amoenos difundendum , per sedes in sanctissimis viis sitas volabat.
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