“Sevilla estaba muy bonita, con el cielo todo nuevo y azul, sin una nube, como esas piezas de tela que le despliegan a uno sobre el oscuro mostrador de una vieja pañería. Al igual que en Venecia, los cielos de Sevilla siempre parecen más nuevos que en otra parte, porque se derraman sobre fuentes, muros y jardines más viejos que en ningún otro sitio”
Locuras sin fundamento, Andrés Trapiello, Editorial Pre-Textos, pág 95
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Sergiomumo |
Cui
caelum Hispalense pulchrius quam alteri videtur ?
Cui Hispalis fontes, muri hortique antiquissimi omnium sunt ?
Qui campi-crucem bibere ese vivere putat?
His quaestionibus factis,Rantii nomen( id est Vetustus) Andrei concessum est
Cui Hispalis fontes, muri hortique antiquissimi omnium sunt ?
Qui campi-crucem bibere ese vivere putat?
His quaestionibus factis,Rantii nomen( id est Vetustus) Andrei concessum est
No puedo estar más de acuerdo. Lo que más me gusta de Sevilla es su cielo, siempre brillante, siempre celeste, siempre alegre. Y cuando se ha vivido en otras ciudades grises y de cielo embotado, el regreso al cielo sevillano es simplemente la gloria bendita.
ResponderEliminarCui caelum Hispalense pulchrius quam alteri videtur ?
ResponderEliminarCui Hispalis fontes, muri hortique antiquissimi omnium sunt ?
Qui campi-crucem bibere ese vivere putat?
His quaestionibus factis,Rantii nomen( id est Vetustus) Andrei concessum est
Querido o querida Cogitando, bellas palabras en latín. ¡Lástima no haber podido enseñar a mis alumnos más allá de la 3ª declinación...!
ResponderEliminarYo creo que no se ha visto otro cielo más hermoso que el sevillano. Por cierto, "campi-crucem bibere", ¿beber una Cruzcampo?
Querido o querida Cogitando, bellas palabras en latín. ¡Lástima no haber podido enseñar a mis alumnos más allá de la 3ª declinación...!
ResponderEliminarYo creo que no se ha visto otro cielo más hermoso que el sevillano. Por cierto, "campi-crucem bibere", ¿beber una Cruzcampo?
Pues sí, beber una cruz-campo es parte de vivir.
EliminarSeguro que has enseñado más allá de las declinaciones, siempre queda algo, al menos un ratito