Como Levíes era un callejón más bien sucio donde meaban los gatos y los borrachos, caminé hacia la Plaza de las Mercedarias con la impaciente serenidad de los mártires, convencido de que Camille seguiría rezando por mí en algún convento de clausura. Bajo la exangúe luz de las farolas me conmovió la desolación de los naranjos y deploré que el ayuntamiento se prodigara en abrevar los adoquines
De viis Hispalensibus ubi perspicienda sunt dissimilia: catorum et ebriorum liquidi fetidi et precantium sororum claustra, Ferdinandus scripsit. Cum arbores sine debita aqua vidisset ,tristes lamentationes ad Consistorium dedicavit et quamvis hic status esset , ille secutus est iter
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