Quamquam litus cum puellis, mare cum navigiis, cervisia frigida homini vestitus atri res dulces erant , dulcior tamen memoria puellae quae Hispali manebat. Ergo redire hic volebat
En primavera convencí a Carol para ir con los chicos a la Exposición Universal que se acababa de inaugurar en la isla de la Cartuja. Lo pasamos muy bien, pero yo salí con la sensación de no haber visto nada útil ni instructivo. Era como si los sevillanos hubiesen contratado un circo cosmopolita para divertirse ellos y divertir a sus invitados. En honor a la verdad, hay que destacar que quienes organizaron la Expo y los Juegos no cayeron en la tentación de lo típico y lo idiosincrático. En términos generales, tanto la Expo como los Juegos Olímpicos fueron un éxito y no dejaron una deuda excesiva
Illud magnum teatrum nationum fuit occasio ut Orbs,Hispali dispositus, opera universalia miraretur. Vera occasio quoque qua profiterentur Hispalenses :posuerunt videre et videri . Sed quis aliquando non vult esse Narcissus et mirari egregium umbelicum?
El templo del Jaguar. Calle San Luis, julio de 1982. La iglesia de la plaza de San Marcos es mudéjar. Sobre su torre, chata y cuadrada, construyen posteriormente una puntiaguda torre cristiana, donde repican y llaman a oficio las campanas. Los fieles se preparan para la misa, pero tú sigues camino por San Luis hasta que la calle se estrecha, se te acerca por derecha e izquierda y te roba brazos y costados con sus paredes encaladas, rejas y balcones por encima de tu cabeza y el Pumarejo al fondo. En el primer tercio de la calle, en la acera izquierda, el Metralleta (un siniestro semisótano donde se estuvo vendiendo grifa durante años con total impunidad) te lanza su aliento a la cara.
Si Sanctus Ludovicus in hoc tempore videret suam viam ubi virtus non semper splendebat , sceptrum regale et vitta caderent, fidelibus miratis . Gaudio Turris et templum et caelum limpidum Sancto essent
Era un cálido día de febrero de 1999. Mi hija Vera tenía un año. Yo la llevaba en cochecito por la Puerta de Jerez, en Sevilla. Cuando pasábamos frente al palacio de Yanduri, sentí una fuerza inexplicable que ascendía desde la tierra y que me dictaba estas palabras: «No sabemos por qué, pero sucede». Cuando llegué a casa, nada más bajar a Vera del cochecito, corrí con mi hija en brazos a escribir el poema en el ordenador (siempre que puedo, escribo los poemas en el ordenador). Algunos versos los escribí con una sola mano, mientras sostenía con la otra a mi hija. Y el poema, como aquel que dice, se escribió solo
Venit creator spiritus et gratia digito volubili mentes attingit :
nescimus quare sit sed est. Prodigium maius si opus fit dum altera
viva creatura sustinenda est
Había fuentes llenas de naranjas de Sevilla y caramelos de vivos colores de Viena
—El Sur es como una mujer bellísima, tonta y frívola. Cuando llevas mucho tiempo con ella piensas «Dios mío, cómo se puede tener tan poco fundamento»; sin embargo, apenas pasas un mes lejos de sus brazos te duele su belleza monumental, su cuerpo perfecto y esa forma de amar desenfrenada y libre.
Quería enseñarle a mi hijo Santa Cruz, callejear por el centro y llevarlo a alguna de las grandes tabernas a las que había ido siempre que visitaba la ciudad, con Felipe Benítez, con Abelardo Linares, con Pepe Moreno Serrallé, el más experto en buenos bares de todos mis amigos andaluces de la literatura. Lo llevé a La Gitanilla y a Las Teresas, y tomamos jamón del bueno, y caña de lomo, y pringá, que es la tapa que yo elegiría para repartir a las puertas del Paraíso a todos aquellos que fuesen llegando con hambre de eternidad feliz.
Ahora, desde el andamio, mira la misma ciudad por la ventana y le parece estar hablando con Rodrigo sobre la dificultad que entrañaba pintar en Sevilla por el exceso de luz, que provocaba sombras profundas en el suelo, penumbras ficticias, lumbres falsas, claridades huidizas y tinieblas engañosas
Ex alto tecto Murillus oculis poscit lumina quae luces et umbras discernere possent ita ut angelicae alae colorem pristinum attingant
Yo confieso que esta tierra no es para mí, y que me deseo ya ver en la de promisión, si Dios es servido. Las injusticias que se guardan en esta tierra es cosa extraña, la poca verdad, las dobleces. Yo le digo que con razón tiene la fama que tiene . Bendito sea el Señor, que de todo saca bien.
Fiduciam
Deo magnam exponebat illa Sancta ambulatrix , exemplum mirabile
dictu et lectu feminis ,cum allusisset ingenio benevolo famam
hispalensem .
Y unas nubes altas y espectrales avanzaban por el cielo de Sevilla, la llana, camino de los alcores del Aljarafe, las pinedas. de Aznalfarache y los viñedos del Condado.
Vineas et prata silvasque nubes lustrabant et, visis aridis agris,pluviam miserunt ut flores puellis hispalensibus essent
Se conduce al prisionero a la vieja y sombría casa del Santo Oficio y se le encierra en una estrecha celda abovedada. Se acaba el día, llega la noche, una noche de Sevilla, cálida, bochornosa. El aire está saturado de aromas de laureles y limoneros. En las tinieblas se abre de súbito la puerta de hierro del calabozo y aparece el gran inquisidor con una antorcha en la mano
Aquélla su primera mañana en Sevilla, Lorenzo Quart tardó casi una hora en encontrar la iglesia. Dos veces salió del barrio de Santa Cruz y otras tantas volvió a él, comprobando la inutilidad de su mapa turístico en aquel dédalo de callejuelas silenciosas, estrechas, pintadas de almagre, calamocha y cal, donde muy de vez en cuando el paso de un automóvil lo obligaba a buscar resguardo en portales frescos, oscuros, con cancelas que daban a patios de azulejos, geranios y rosales
Laurentius filo Ariadnae carens, tabula viaria inutili facta,
dificillime invenire potuit illam ecclesiam. Antequam illa ante oculos
esset ,vidit vias mutas cum muris pictis . Pauca vehicula
transibant et cogebant appropinquare ad domuum portas per quas
horti pleni floribus ostenduntur