Ratas del aire. Eso dice siempre la Tata. Me se quedó clavada aquella frase la vez que me llevó a la plaza de las palomas del Parque de María Luisa. La gente compra paquetes de alpiste y abre la mano y las palomas vienen y de repente todo tu cuerpo es un traje hecho de palomas. Le pedí a la Tata que me comprara un paquete, y como yo era más pequeño empezaron a venir palomas y sentí un pánico inmenso. Con la nerviosera me se rompió el paquete entre los dedos. Y las palomas estaban por todos lados, picoteando no solo mi mano, sino también mis hombros, el cuello, el pelo, los bolsillos del chaquetón. La Tata empezó a echarlas dando manotazos y tirando el alpiste al suelo
Urbanissima vita et amor immodicus hominum fecerunt columbas et canes et gattos, gavias ita amabiles ut regnum animale quod leges et iura habuerat, invadat regnum humanum et pugnet ad iura mutandum